En un capítulo oscuro que ha marcado la vida de Río Blanco, Veracruz, la desaparición forzada de Ariadna Guadalupe Cortés Hernández, de 30 años y originaria de Iztapalapa, CDMX, ha sumido a su familia y comunidad en una angustia insoportable. El 2 de febrero de este año, entre las 19:40 y las 20:00 pm, Ariadna fue arrebatada de su hogar, dando origen a la campaña #NosFaltaAri en redes sociales, un grito desesperado por encontrar a esta joven mujer.
Ariadna, cariñosamente conocida como «Ari» por sus seres queridos, es una mujer emprendedora que siempre tiene una sonrisa en su rostro. Había tomado la decisión de unir su vida con su pareja sentimental y mudarse de CDMX a Río Blanco, Veracruz. Juntos, con esfuerzo y dedicación, habían logrado establecer un hogar desde el cual planeaban construir una vida feliz en pareja.
Sin embargo, la falta de información sobre el paradero de Ariadna ha sumido a sus familiares y amigos en una angustia que va más allá de su círculo cercano. Lamentablemente, las autoridades locales y estatales han cerrado las puertas a la información, negando a la familia de Ariadna la certeza y esperanza tan necesarias en estos momentos de incertidumbre, atentando así contra el principio de debida diligencia.
La Fiscalía de Veracruz, especialmente la Fiscalía Especializada en Atención a Denuncias por Personas Desaparecidas Zona Centro Córdoba, enfrenta críticas por su falta de eficacia y comunicación en este caso. A pesar de los persistentes esfuerzos de la familia por obtener detalles, el manto de secretismo que envuelve la investigación solo agrega desconfianza e indignación al sufrimiento de quienes esperan noticias de Ariadna.
Casos como este hacen imperativo reflexionar sobre el impacto alarmante de las cifras de mujeres desaparecidas a lo largo de este sexenio, lo cual ha dañado significativamente la confianza de la población en el partido Morena y en el gobernador del estado, Cuitláhuac García. La falta de resultados efectivos por parte de las fiscalías, dependientes del poder ejecutivo, ha generado un desencanto palpable en la sociedad, que exige respuestas concretas y acciones contundentes.
Este caso podría convertirse en un parteaguas en las tendencias electorales del estado: Con una población cansada de la falta de acceso a la justicia, otras alternativas políticas diferentes al oficialismo comienzan a surgir como la respuesta a todas las familias que como la de Ari, pasan por momentos tan difíciles. La confianza en las instituciones está en juego, y la desaparición de Ariadna refleja la urgencia de un cambio sustancial en la forma en que se abordan estos casos.
En este contexto, la figura de la Fiscal General del estado, Verónica Hernández Giadáns, se destaca como la única persona responsable de hacer funcionar las cosas. Con el Estado de Veracruz sumido en la inseguridad y su incapacidad para ejercer el cargo de Fiscal, su liderazgo está siendo cuestionado, y su permanencia en el puesto podría estar en juego ante una nueva administración.
A través del hashtag #NosFaltaAri, las redes sociales se han convertido en un espacio para la solidaridad y la difusión de información sobre la desaparición de Ariadna Guadalupe Cortés Hernández. La presión ciudadana y la visibilidad del caso son fundamentales para instar a las autoridades a intensificar los esfuerzos de búsqueda y proporcionar respuestas a una comunidad angustiada.
La familia de Ariadna hace un llamado apasionado a la colaboración de la comunidad, reconociendo que la desaparición forzada de mujeres es una realidad que sigue azotando a las familias de México, dejando a madres, hermanas e hijas sin rastro alguno.
Se insta a los lectores a compartir toda nota, imagen o información referente a Ari y a utilizar el hashtag #NosFaltaAri. Cada acción, por pequeña que sea, es una ayuda invaluable para traerla de vuelta a casa, sana y salva, con sus seres queridos. En esta lucha compartida, cada voz cuenta y cada gesto suma para construir una comunidad más segura y justa para todos y todas.